Comentario
De las mezquitas almohades en al-Andalus no quedan sino restos: la de Sevilla mantiene en pie su famoso alminar, la Giralda, y parcialmente su patio. Quedan algunos elementos decorativos del mihrab de la mezquita de Almería en la iglesia de San Juan. La ermita del despoblado de Cuatrohabitan conserva las tres naves de una posible mezquita, con su alminar también identificable reutilizado como torre. De la mezquita almohade en Mértola queda también su mihrab en los muros reaprovechados de la iglesia mayor de aquella población.En el Norte de África se conserva la planta, modernamente excavada, de la primera mezquita que levantaron los almohades en Marrakech en 1147. La de Tinmal, bastante conservada, data de 153-54. La Kutubiyya de Marrakech precedió en diez años a la de Sevilla, que comenzó a alzarse hacia 1172. Hacia 1176 se construiría la de Salé. La monumental de Rabat fue iniciada en 1189 ó 1195. Ya de los primeros años del siglo XIII, y acusando los síntomas de la decadencia política, aún se construyó la mezquita de los Andalusíes de Fez. La estructura de estas mezquitas almohades es igual que las de épocas anteriores. Pero sí son de mayores dimensiones y poseen mayor regularidad y ordenación. La mezquita de la Kutubiyya tiene diecisiete naves, con una superficie de 5.300 metros. La de Sevilla tenía también diecisiete naves, ocupando unos 15.000 metros. La de Rabat, inacabada, hubiera ocupado 25.500 metros.La más famosa mezquita almohade en al-Andalus fue ésta recién nombrada de Sevilla, iniciada en 1172, por orden del califa Abu Yaqub, que había sido gobernador de aquella ciudad; no se pronunció en ella el primer sermón oficial hasta 1182 y no fue rematada hasta los últimos años del siglo XII; en 1196 todavía seguía ampliándose su patio. La grandeza de su alminar, llamado cuatro siglos después Giralda, expresa la típica monumentalidad almohade, también presente en los alminares, tan semejantes todos ellos, de la Kutubiyya y de la torre Hasan de la mezquita de Rabat, que quedó inacabada. Los tres tienen planta cuadrada, de 12,8 metros de lado el de la Kutubiyya, que se terminó en 1196-97, cuando se comenzaba el de Rabat, con 16 metros de lado; 13,6 metros de lado mide la Giralda, empezado en 1184, rematado con las manzanas de oro de su yamur en 1195, y al fin inaugurado en 1198.La representatividad de estas edificaciones almohades quedó bien expresada en las crónicas oficiales, como bien expresó el secretario Ibn Sahib al-Sala en su Historia de aquella dinastía: Aalí señala cómo el califa Abu Yaqub "eligió como residencia Sevilla, en 566/1171... empezó a construir la mezquita aljama, grande y noble, para que la gente estuviera holgada, a diferencia de lo que ocurría en la otra aljama (la antigua de Ibn Adabbas), igualándola a la de Córdoba en amplitud".El tercer califa almohade, Abu Yusuf, ordenó continuar las obras del alminar sevillano, para el cual hizo construir las "manzanas extraordinarias, inmensas, voluminosas, hechas de oro... que se alzaron hasta su alinar (de la mezquita de Sevilla) en su presencia". La I Crónica General así describe: "Encima de la torre hay otra torre, que tiene ocho brazas hecha con grandes maravillas. Y encima de ella están cuatro manzanas alzadas una sobre otra; tan grandes y de tan gran obra y de tan gran nobleza..." Sabido es que este remate almohade, de cuatro esferas superpuestas, fue sustituido en el siglo XVI por el Giraldillo.